Redacción
Ciudad de México.- La tensión entre diputados y comerciantes no ha hecho más que aumentar. Durante las últimas semanas, bloqueos en mercados, protestas callejeras y señalamientos cruzados han expuesto un conflicto de fondo: la legitimidad de los programas sociales con tinte partidista y el impacto que tienen sobre el comercio local.
Las protestas recientes en puntos estratégicos de la ciudad —organizadas por locatarios inconformes— han derivado en afectaciones directas a la movilidad de miles de ciudadanos. Mientras los diputados aseguran estar dispuestos al diálogo, también deslizan una denuncia: los líderes visibles de las manifestaciones estarían ligados al PRI.
Con imágenes proyectadas en la conferencia «La Chilanguera», el diputado de Morena Paulo García, mostró vínculos directos entre los organizadores de los bloqueos y la dirigencia estatal y nacional del PRI. “Está bien que hagan política, pero que lo hagan con transparencia”, apuntó el diputado. Para ellos, estas movilizaciones no son espontáneas ni exclusivamente sociales, sino parte de una pugna interna en la oposición.
Sin embargo, los comerciantes se defienden: “Nos afecta directamente la venta. Nos están quitando clientes con productos subsidiados y propaganda política”, afirmó un locatario del mercado de San Cosme. Lo que para los legisladores es un programa solidario, para los comerciantes es competencia desleal.
Y en medio de todo, la ciudadanía: atrapada entre disputas partidistas, campañas no oficiales y protestas que complican su día a día. El problema ya no es solo político, sino profundamente social.














