Por Arturo Gutiérrez
Ciudad de México, 04 agosto 2025.- En un momento donde el desorden urbano amenaza la calidad de vida en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), un nuevo actor podría redefinir la agenda: las universidades públicas. La participación de la UAM Xochimilco en el reciente taller sobre ordenamiento territorial, con estudiantes y docentes de Planeación Territorial, abre una puerta crucial a una transformación de fondo.
La diputada Xóchitl Bravo, junto con autoridades de la SEDATU y del gobierno capitalino, subrayó que las instituciones educativas no deben ser solo centros de formación técnica, sino motores del pensamiento territorial crítico. La presencia de académicos al lado de líderes comunitarios apunta hacia un urbanismo más democrático.
Esto ocurre en un contexto donde las decisiones territoriales en México han sido tradicionalmente monopolizadas por desarrolladores, políticos y técnicos sin contacto con la realidad social. Por ello, integrar a la comunidad universitaria no es sólo deseable, sino urgente. El conocimiento local y académico debe disputar la hegemonía de los intereses privados.
El reto ahora es que estas colaboraciones no se queden en actos simbólicos. Las universidades deben asumir un papel activo, propositivo, y también autocrítico. No basta con participar; deben incidir. El urbanismo del futuro —y del presente— debe pensarse desde las aulas, pero con los pies en la tierra.














