Por Arturo Gutiérrez
CDMX, 12 de agosto de 2025.- Lo que debía ser una ceremonia de celebración y reconocimiento, se convirtió en una sacudida política. Ana Karen Salazar, galardonada con el Premio de la Juventud 2025 en la Ciudad de México, usó su intervención para lanzar un reclamo frontal a la clase política: “¿Nos moriremos de hambre hoy y mañana aplaudimos?”.
Con un discurso que incomodó visiblemente a los diputados de Morena presentes en el recinto de Donceles y Allende, Salazar denunció el abandono que vive la juventud capitalina. Habló de la falta de empleo digno, del acceso limitado a la salud y a la educación, y de cómo el crimen organizado está arrasando con los jóvenes, que ven en el narco la única alternativa ante un Estado ausente.
La joven recordó cómo su propio barrio, El Cobradero, prácticamente desapareció bajo el dominio del crimen organizado. No se trató de una denuncia abstracta, sino de un testimonio real que evidenció la desconexión de los políticos con las calles que dicen representar.
Mientras Salazar pedía que no la callaran ni la cesaran por criticar al sistema, muchos legisladores bajaban la mirada o fingían interés. El mensaje era claro: no basta con premiar a unos pocos jóvenes con 23 mil pesos y una foto con políticos. La juventud quiere acciones, no aplausos ni simulaciones.














