Por Arturo Gutiérrez
CDMX, 27 agosto 2025.- El problema de la violencia de género en México es estructural y devastador. El INEGI reveó que el 70.1% de las mujeres mexicanas mayores de 15 años han sido víctimas de violencia en alguna de sus formas: física, sexual, psicológica, económica o patrimonial. Esta cifra es más que un dato: es una radiografía de la impunidad, la desigualdad y el machismo institucionalizado.
En la Ciudad de México, este contexto nacional se traduce en una crisis de violencia familiar sin freno. Lejos de ser una anomalía, el aumento de 138% en estos casos muestra que la capital no es una excepción, sino parte del mismo patrón de negligencia estatal.
El exhorto presentado por la diputada Brenda Ruíz Aguilar ante el Congreso local intenta llamar la atención, pero las respuestas a este tipo de violencia siguen siendo lentas, fragmentadas y burocráticas. Mientras tanto, las víctimas continúan enfrentando obstáculos para denunciar, recibir atención o acceder a medidas de protección eficaces.
¿Qué tan comprometido está realmente el Estado con la seguridad de las mujeres? Si 7 de cada 10 mexicanas han sufrido violencia, es urgente cambiar el enfoque: no basta con estadísticas y discursos. Se necesita educación, justicia con perspectiva de género, acceso a refugios seguros y sanciones reales a los agresores.














