Por Arturo Gutiérrez
Ciudad de México, 13 de septiembre de 2025.- La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México concluyó preliminarmente que la explosión fue causada por el exceso de velocidad de un vehículo de carga que transportaba gas, cuyo tanque se rompió al impactarse contra el pavimento. Sin embargo, la investigación ha sido cuestionada por su enfoque limitado y la rapidez con la que se descartaron otras posibles causas.
Durante la conferencia, la fiscal Bertha María Alcalde Luján aseguró que “no se identificó ningún bache” en la zona del siniestro, descartando también cualquier intervención reciente en la vialidad. No obstante, reportes ciudadanos y fotografías tomadas en días previos al accidente muestran evidencia de daños en el asfalto que no han sido debidamente explicados.
El hecho de que se cierre la investigación vial sin permitir evaluaciones independientes, y que no se haya considerado la posibilidad de negligencia en el mantenimiento de infraestructura urbana, alimenta la percepción de que las autoridades buscan deslindarse de responsabilidades mayores.
Para diversos colectivos ciudadanos y especialistas en movilidad, este tipo de conclusiones parciales no solo obstaculizan el acceso a la verdad, sino que sientan un peligroso precedente al centrar toda la culpa en el operador del vehículo, eximiendo al Gobierno de cualquier revisión profunda de sus protocolos de supervisión vial y permisos de transporte de materiales peligrosos.