Por Dana Rodríguez
Ciudad de México | 17 de septiembre de 2025.- El discurso de Jesús Sesma Suárez durante la inauguración del Congreso Nacional del Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares destacó por su tono solemne y colaborativo, pero también por la omisión de toda autocrítica institucional.
El presidente del Congreso capitalino reconoció que la implementación del nuevo código representa un “reto histórico” para el país y que su éxito dependerá de la coordinación entre poderes. No obstante, evitó referirse a la lentitud con la que los congresos locales —incluido el que él mismo encabeza— han abordado el proceso de armonización legislativa.
Aunque Sesma mencionó su “absoluto compromiso” con este proceso, su mensaje omitió hechos clave: la escasa apertura del Congreso CDMX a las organizaciones civiles, los nulos mecanismos de evaluación del impacto legislativo, y la falta de rendición de cuentas sobre el estado actual de la justicia familiar y civil en la ciudad.
El legislador también dejó fuera la problemática de la violencia institucional que enfrentan muchas mujeres en los juzgados de lo familiar, así como la insuficiencia de recursos humanos y materiales para operar un sistema judicial verdaderamente accesible.
En un momento en que el país transita hacia un nuevo marco normativo en materia civil y familiar, los discursos sin autocrítica se sienten vacíos. Sin reconocimiento de las fallas estructurales, no hay posibilidad real de transformación.