Por Redacción
Iztapalapa, Ciudad de México – Aleida Alavez, actual alcaldesa de Iztapalapa, ha presentado con bombo y platillo las “Jornadas del Regreso a Clases”, una estrategia que, según sus palabras, busca respaldar a estudiantes, padres y maestros en el arranque del ciclo escolar. Pero más allá del optimismo oficial, la estrategia parece apostar por la imagen y el discurso antes que por una transformación real de las condiciones educativas y sociales de la alcaldía más poblada del país.
“Hoy recargamos energías para que este año escolar esté lleno de logros, salud y alegría”, exclamó Alavez durante su discurso inaugural. La jornada ofreció atención médica, talleres de nutrición y salud mental, trámites civiles, asesoría jurídica, actividades lúdicas, e incluso “terapia con cuencos y bienestar animal”. La propuesta suena atractiva, pero al observar más de cerca, salta una pregunta clave: ¿es esto lo que realmente necesitan las familias de Iztapalapa?
Los recortes en programas federales como Escuelas de Tiempo Completo y la falta de mantenimiento en planteles escolares contrastan con el entusiasmo con que se anuncian estos eventos temporales. La salud mental y física de los estudiantes requiere atención continua, no campañas fugaces. A esto se suma que, en muchos casos, la demanda supera la capacidad logística del evento, lo que deja a varias familias sin poder acceder a los beneficios anunciados.
Además, la narrativa de “unidad comunitaria” promovida por la alcaldesa parece romantizar la precariedad. “Esta jornada, es más que servicios, es un mensaje de que cuando la comunidad trabaja unida, los sueños se hacen posible”, afirmó. Sin embargo, esa misma comunidad ha tenido que organizarse históricamente ante la ausencia del Estado, gestionando desde la seguridad hasta la educación de sus hijos.
Los servicios ofrecidos en estas jornadas no deben disfrazarse de soluciones integrales. Son apenas paliativos. La inversión real en infraestructura, salud preventiva y educación pública sigue pendiente, mientras se multiplican los eventos de corte populista que, aunque bien intencionados, no modifican las condiciones de fondo.














