Colombia y Estados Unidos evitaron un conflicto comercial que amenazaba con altos aranceles luego de un desacuerdo migratorio. Tras el rechazo colombiano a aviones con migrantes, el presidente Donald Trump consideró represalias comerciales, pero el gobierno colombiano ofreció una solución: enviar sus propios aviones para trasladar ciudadanos.
El conflicto comenzó cuando Estados Unidos presionó a Colombia para aceptar vuelos de deportación. La negativa inicial encendió tensiones, con Trump amenazando con imponer barreras comerciales que afectarían exportaciones clave colombianas como café y flores. Esto encendió alarmas en el gobierno colombiano, que optó por negociar.
El acuerdo alcanzado implicó que Colombia disponga aviones propios para llevar a sus ciudadanos desde EE.UU., lo que desactivó la amenaza de aranceles. Analistas destacan que la medida no solo evita pérdidas económicas, sino que fortalece la relación diplomática entre ambos países.
Los sectores agrícolas y de manufactura celebraron el acuerdo, al mantenerse libres de nuevos impuestos. Además, se reforzó el compromiso de ambos países en abordar la migración con enfoque colaborativo, evitando futuros conflictos.
Con esta decisión, Colombia demuestra su capacidad para manejar tensiones internacionales, priorizando la economía y las relaciones bilaterales. Este caso subraya la importancia de la diplomacia activa en un mundo globalizado.