Por Arturo Gutiérrez
Ciudad de México.– La clausura del Parlamento de Mujeres 2025 fue presentada como un triunfo de la democracia participativa y de la pluralidad, pero deja un vacío preocupante: no se estableció ningún compromiso legislativo claro para dar seguimiento a las propuestas desarrolladas por las participantes.
Durante el evento, autoridades como la Secretaría de Desarrollo Económico y la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación destacaron la diversidad del Parlamento:
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18% de las participantes se identificaron como parte de la diversidad sexual.
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6% tienen alguna discapacidad.
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10.6% son indígenas o afrodescendientes.
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4.5% son mujeres migrantes.
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3% se encuentran en proceso de reinserción social.
La inclusión fue celebrada, pero muchas participantes señalaron que esta representatividad simbólica no basta si no existe un proceso efectivo para transformar sus propuestas en leyes.
“Fue una semana intensa, de mucho trabajo. Pero ahora nos preocupa que todo quede en el aire”, afirmó una parlamentaria de Milpa Alta. Las voces más críticas advierten sobre el riesgo de convertir estos ejercicios en actos de simulación política.
La diputada Juana María Juárez López dijo que el Parlamento es “clave para una ciudad inclusiva”, sin embargo, no se mencionaron fechas, iniciativas priorizadas ni responsables de impulsar las propuestas. La falta de un mecanismo vinculante le resta fuerza a lo que podría ser una herramienta poderosa de incidencia política.














