Por Dana Rodríguez
CDMX, 11 agosto 2025.- En su intervención, Xóchitl Bravo destacó que la nueva Ley del Sistema de Cuidados busca dignificar el trabajo de “miles y miles de mujeres” que realizan tareas no remuneradas en el hogar. Afirmó que la iniciativa representa un acto de justicia y reconocimiento, no solo hacia quienes cuidan desde casa, sino también hacia las mujeres que, además de trabajar fuera, asumen responsabilidades domésticas.
Sin embargo, en el fondo del mensaje permanece una gran omisión. No se abordaron los mecanismos que asegurarán que estas trabajadoras —en muchos casos invisibles, informales y sin protección laboral— accedan efectivamente a derechos, servicios y beneficios derivados de esta nueva legislación.
Se habló de incorporar diversas voces del Congreso para enriquecer la iniciativa, pero no se mencionó si las propias cuidadoras formarán parte activa en el proceso. Tampoco se especificaron los modelos de financiamiento ni cómo se garantizará la sostenibilidad del sistema.
El reconocimiento simbólico no es suficiente si no se traduce en políticas públicas robustas que modifiquen la desigualdad estructural que enfrentan millones de mujeres cuidadoras. La ley podría ser un avance, pero no puede construirse de espaldas a sus protagonistas.














