Por Arturo Gutiérrez
CDMX, 27 de octubre de 2025.- Durante la conferencia ofrecida por la jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, este lunes, la alcaldesa de Tlalpan, Gabriela Osorio Hernández, fue presentada como ejemplo de “eficacia en materia de seguridad”. Según las cifras oficiales, los delitos de alto impacto se redujeron en 24.5% respecto a 2024. Sin embargo, las calles, los testimonios vecinales y las redes sociales narran otra historia: una Tlalpan donde la violencia cotidiana sigue siendo una sombra permanente.
“Dicen que bajaron los robos, pero a mi hijo lo asaltaron hace una semana saliendo del Metrobús Fuentes Brotantes. Ni la patrulla llegó”, relata María Eugenia Rojas, vecina del pueblo de San Lorenzo Huipulco. Casos como este se repiten en foros vecinales y grupos digitales donde la queja común es la falta de respuesta de la policía.
Mientras Brugada hablaba de coordinación y resultados, la presentación oficial sufrió fallas técnicas que interrumpieron el discurso: “Ahora sí que técnicamente vamos a mejorar”, ironizó la mandataria capitalina, en un lapsus que pareció reflejar el fondo del problema.
Las cifras pueden lucir alentadoras en una pantalla, pero en colonias como Los Pedregales, La Joya o Chimalcoyoc, los vecinos aseguran que los asaltos, la extorsión y el narcomenudeo son parte del día a día.
Analistas en seguridad urbana consultados por LAMETROPOLI.COM.MX advierten que “las reducciones porcentuales no reflejan la realidad de los territorios donde la presencia policial es casi nula y la violencia está subregistrada”.
En el fondo, lo que se percibe en Tlalpan es un desgaste político temprano. La alcaldesa Osorio intenta proyectar eficiencia mediante estadísticas, pero la población continúa viviendo con miedo. “La inseguridad no baja”, resumió un líder vecinal del Ajusco.













