Redacción
CDMX, 15 septiembre 2025.- El Grito de Independencia en Iztapalapa se convirtió en una vitrina de oportunismo político. Aleida Alavez, lejos de encabezar un acto cívico con sentido de responsabilidad, utilizó la tragedia del Puente de La Concordia como plataforma para reforzar su discurso ideológico, omitiendo lo más importante: justicia para las víctimas.
La suspensión de la verbena popular fue presentada como una muestra de sensibilidad, pero en los hechos, no fue acompañada de medidas de apoyo integral, ni avances en las investigaciones del estallido. Mientras la explanada de la alcaldía se llenaba de simpatizantes, las familias afectadas seguían esperando información, ayuda y responsabilidad institucional.
Alavez centró su intervención en destacar el papel de las mujeres en la historia del país y en la transformación política, pero el tono solemne se convirtió en una cadena de frases vacías que no respondieron a la realidad que vive la alcaldía. Aun en medio del luto, la ceremonia sirvió para lanzar consignas partidistas, exaltar logros gubernamentales no comprobables y repetir slogans políticos.
“¡Viva la segunda etapa de la Cuarta Transformación!”, exclamó, como si esa frase fuera consuelo para quienes perdieron familiares o sufrieron lesiones irreparables hace apenas unos días.
La solemnidad del acto no escondió la falta de acciones concretas. La tragedia no ha sido esclarecida, los daños no han sido reparados y la comunidad aún no recibe respuestas firmes. La ceremonia del Grito, lejos de honrar la memoria de las víctimas, terminó por instrumentalizarlas, mostrando una vez más la distancia entre el discurso oficial y la realidad en las calles de Iztapalapa.