Por NOTICIASCD.MX
Ciudad de México, 29 de julio de 2025.- El Congreso capitalino instaló el Parlamento de las Personas con Discapacidad 2025 con un discurso cargado de esperanza, pero sin dejar claras las garantías para que las propuestas se traduzcan en políticas públicas reales.
Legisladores de distintas fuerzas políticas celebraron la iniciativa como un “avance histórico”, sin embargo, organizaciones civiles y personas con discapacidad han advertido que este tipo de ejercicios, si no van acompañados de reformas estructurales y presupuestos asignados, corren el riesgo de quedarse en meras vitrinas discursivas.
La diputada Janette Guerrero Maya, del Partido del Trabajo, señaló que las personas con discapacidad «no vienen a pedir permiso», pero no especificó cómo se garantizará el seguimiento a sus propuestas. Por su parte, Víctor Gabriel Varela, del Verde, instó a legislar desde las iniciativas del parlamento, aunque tampoco definió mecanismos de sistematización, priorización ni plazos.
El reto va más allá del evento: se trata de convertir la participación simbólica en poder político efectivo.
En ejercicios anteriores similares, muchas iniciativas ciudadanas han quedado archivadas o han perdido prioridad política una vez concluido el evento.
Además, especialistas en derechos humanos alertan sobre el riesgo de convertir estos espacios en actos performativos que permiten a las autoridades “cumplir con una cuota simbólica de participación” sin cambios estructurales reales. La inclusión no puede quedar en el discurso si no existen instrumentos jurídicos y administrativos que permitan materializarla.
El Parlamento de las Personas con Discapacidad es una plataforma con potencial, pero para que sea efectiva debe trascender la retórica y convertirse en un espacio de co-gobernanza. La ciudadanía no solo quiere ser escuchada: exige resultados concretos.














